BORGES



He visto a Borges asustando, en los pasillos del Tribunal de Faltas, a desprevenidos suicidas que esperan turno.

(Teatro de Cuentos. Acto V)



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(Sentados en una monótona grada de madera, frente a una pared cubierta con espejos, Borges y Hozté. Sólo la monotonía y Hozté se reflejan en esos espejos. Borges, ya ciego, no admite la impostura de una imagen. Es Hozté, tal vez, el que habla.)




[...]

Después, cuando me oculte detrás de esas nubes grises en el cielo, no hallaré agobio en mí. No iré a ninguna parte pues no habrá lugar para un lugar. Seré, apenas, la impresión de un fenómeno que la óptica geométrica explicará por empirismos y que Borges balbuceará, a mis espaldas, desde la ceguera de los cuentos.

(Teatro de Cuentos. Acto XI)